domingo, 6 de diciembre de 2009

ESTANCIA 25 DE MAYO

Hoy hemos ido a una estancia, a tiro de piedra de la Hostería Lupama, a conocer la realidad del campo patagónico.


Nos ha recogido un minibus cargado de catalanes...ya nos extrañaba no haber encontrado aun un grupo importante de compatriotas en estos confines.


Las estancias son grandes extensiones de tierra dedicadas a la ganadería y la agricultura ( en estas latitudes ganadería ya que las condiciones no son propicias a la agricultura), con un casco principal y varios edificios para alojar a los peones distribuídos en su territorio.


Concretamente la Estancia 25 de mayo tiene 16.800 hectareas (sí, no se me ha escapado ningún cero), con el cerro Calafate incluído, y se extiende desde el pueblo mismo hasta la frontera con Chile, 35 kms al oeste, es la tercera en importancia en la zona, y pertenece a una familia de origen vasco.


Al llegar a la estancia, nos esperaba Agustín, un guía vestido al estilo de los gauchos, con bombacha (pantalones amplios con pinzas y ajustados en los tobillos para montar a caballo) y boina con visera, pañuelo al cuello y botas, todo un personaje que nos dio la bienvenida en torno a un fogón de leños ardiendo en el suelo y nos invitó a unos mates con "tortas fritas".








Fue entonces cuando me convertí en la "asistente de cebador" al enterarse de mi origen argentino. Mi tarea fue hacer probar a todos los visitantes la infusión nacional por excelencia, mate amargo cebado desde una pava (hervidor) calentado directamente en las brasas. Para mi asombro, dos italianos, un madrileño y un català, Toni, pidieron repetir.








Luego vimos como un peon de la estancia y su perro "Capitán" llevaban a un rebaño de ovejas en diferentes direcciones y cuando estuvieron muy cerca nuestro, separaron a una para esquilarla.








También alimentamos a dos terneros de 2 meses de edad y un corderito con biberones de leche.








La esquila fue un espectáculo digno de ver, con tirejas manuales, el peon de pie y sin más ayuda que una cuerda con la que maniatar a la oveja, en apenas 8 minutos le sacó el vellón en una pieza.








Impresionante.








Algunos visitantes hicieron muchas preguntas, cuanto tiempo produce lana una oveja, etc. etc, y nuestros compatriotas preguntaron como se determinaba el precio de un fardo de lana, qué haría la estancia con el vellón que acababan de producir, en fin preguntas que refuerzan la preocupación nacional por evitar el desperdicio y por gestionar eficientemente cualquier tipo de recursos, jejejeje.








Vimos maquinaria de prensar y marcar los fardos de lana (última tecnología aplicada al campo), y también nos enseñaron las casas originales, de chapa venida en barcos desde el Viejo Mundo, y prefabricadas, para moverlas si fuera necesario.








Techos pintados de un color asignado a cada estancia para reconocer el terreno en esos parajes tan inmensos y desolados, y también para ser reconocidos por los correos aéreos en su momento.








Después de haber tomado una copa de vino tinto y una "picada" en medio del camino (caminamos bastante para conocer el terreno y su historia), volvimos hacia el casco principal, entramos en un huerto ecológico, totalmente cerrado como invernadero y calefaccionado para producir especies aquí muy codiciadas como lechugas, tomates, rúcula y otros vegetales para nosotros tan abundantes en el clima meditarráneo.








Por último nos dirijimos al "quincho" edificio dedicado al esparcimiento y la congregación de los peones y sus familias, con obligada barbacoa.








Allí nos ofrecieron una cena típica, con empanadas de carne, guiso de lentejas, ensaladas y carne a la brasa, y amenizado con un espectáculo folclórico de música y danza.








Mmmm, cómo vamos a dormir.








No hay comentarios: